Después de derrotar a la derecha, exijamos lo que es nuestro

30/04/2019
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Comunicado de Anticapitalistas
 
Las elecciones generales han radiografiado la realidad de la situación política del Estado Español: la gran mayoría de la población ha dicho “no” a la derecha radical, machista, racista y al servicio de los ricos. El pueblo de izquierdas se ha movilizado contra la amenaza que representan esos sectores minoritarios. Su derrota es clara, aunque seguirán tratando de condicionar los debates públicos tratando de convertir en problemas asuntos que para la mayoría de la población son derechos legítimos a desarrollar: la libertad de las mujeres, migrantes, de la gente trabajadora.

El gran derrotado de estas elecciones es el Partido Popular. Si hay un partido que ha representado la putrefacción, crisis y falta de escrúpulos del capital español, ése es el PP. Su duro correctivo en las urnas abre una crisis en la derecha; Ciudadanos parece destinado a coger el relevo, pero tampoco aumentan significativamente su porcentaje de voto.

Esta votación también ha demostrado que, por mucho que se empeñen algunos, tanto en Catalunya como en Euskadi existe una mayoría social que quiere decidir sobre su futuro y que quiere hacerlo en paz y sin violencia: el resultado de las opciones independentistas así lo demuestra y cualquier proyecto transformador deberá tenerlo en cuenta.

Pese a que el pueblo de izquierda ha sido capaz de parar a la derecha, no podemos dejar de señalar que ha sido el PSOE el que ha aprovechado esa ola para retomar su posición hegemónica. No tenemos duda de que mucha gente que ha votado al PSOE comparte muchas preocupaciones con los que queremos un sistema diferente al neoliberalismo y que vaya más allá del estrecho marco institucional que nos ofrece del régimen del 78. Pero también tenemos que dejar claro que el aparato del PSOE no es de fiar: durante 40 años el PSOE se ha negado sistemáticamente a abordar los problemas estructurales que afectaban a las clases trabajadoras y ha adoptado una política sumisa con los poderes económicos. Un gobierno liderado por el aparato del PSOE será un gobierno ligado al capital financiero; sin embargo, somos conscientes de que mucha gente de izquierdas honesta tendrá esperanzas en que su vida mejore. Asumimos como tarea participar en el impulso de la movilización para exigir al gobierno de Pedro Sánchez medidas contra la precariedad, el cambio climático, políticas feministas y anti-racistas. Somos conscientes de que solo la lucha conseguirá materializarlas y, en ese sentido, creemos que lo mejor es convertir la movilización contra la derecha en una movilización en positivo, sostenida, que ponga en el centro y de forma autónoma las demandas de la mayoría social trabajadora, sin ninguna confianza en la clase política progresista.

Desde Anticapitalistas apoyamos y pedimos el voto para Unidas Podemos. A pesar de la caída de votos, creemos que fue un acierto apoyar su candidatura; Unidas Podemos ha recibido un voto prestado de la izquierda social y de toda una generación que lleva movilizada desde el 15M. Sin embargo, debemos señalar que el giro estratégico hacia la moderación y el posibilismo de Unidas Podemos no ha aumentado la base de electoral de la candidatura, si no que ha provocado que un sector importante del electorado opte por “el voto útil”. Tampoco ha mejorado la relación de fuerzas entre los sectores de la izquierda que rechazan la gestión neoliberal del sistema y los sectores que la aceptan. Todas estas cuestiones ponen encima de la mesa la necesidad de repensar una nueva estrategia para abordar la nueva situación: no conformarse con el retroceso es la primera que tenemos que abordar.

Pensamos que hace falta construir un proyecto transformador amplio, que vaya más allá de las cúpulas, con una estrategia que vaya más allá de lo electoral y que defienda un programa firme capaz de pensar más allá de los límites del capitalismo. Para Anticapitalistas, el reto ahora no es tanto que la izquierda se coloque dentro de un gobierno con el PSOE como abrir un ciclo de luchas que ponga en el centro un programa ecologista, feminista y pro-derechos: que derogue la reforma laboral, la LOMCE, revierta el techo de gasto y fortalezca la organización autónoma desde abajo de la gente trabajadora. Se trata de trabajar en un plazo largo por restablecer un horizonte de ruptura con los poderes económicos y políticos, construyendo un proyecto de emancipación radical desde las luchas. Sólo la construcción paciente de un proyecto de esas características nos permitirá recuperar el impulso y no tener que elegir entre la derecha y el “mal menor”, evitando nuevas decepciones como las que ya hemos vivido en el pasado. De todas nosotras depende.
 

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