Comunicado de Anticapitalistas tras el referéndum del 1-O

03/10/2017
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Comunicado de Anticapitalistas
 
1) El referéndum celebrado el 1 de Octubre en Catalunya ha sido un acontecimiento que ha puesto encima de la mesa una serie de cuestiones fundamentales. La represión salvaje del gobierno del PP y de los aparatos del Estado muestra el fracaso de un proyecto autoritario incapaz de responder civilizadamente a las demandas democráticas de la gente. La pésima imagen proyectada por el gobierno de Rajoy, recogida por los medios de comunicación internacionales, nos retrotraen a los tiempos oscuros del tardo franquismo. Cualquier demócrata decente sentirá vergüenza y repulsión ante las imágenes de la policía apaleando a personas que buscaban ejercer su derecho al voto y requisando urnas. Nuestra condena a la actuación del gobierno y de los aparatos del Estado, y nuestra cariño a los centenares de heridos, entre los que se encontraban militantes de Anticapitalistas.

2) El pueblo catalán ha demostrado, tanto en la jornada de ayer como en las últimas semanas, una voluntad colectiva y una capacidad de auto-organización enorme que les ha permitido articular un movimiento de desobediencia civil pacífico masivo. Ocupaciones comunitarias de colegios y escuelas, contención ante las provocaciones policiales, comités de base en defensa del referéndum, una movilización amplia que ha incorporado a sectores de las clases trabajadoras y populares, desbordando los marcos de la política oficial. El hecho de que se haya podido celebrar el referéndum con éxito demuestra que no estamos ante un simple juego de maniobras de una élite política: estamos ante un movimiento amplio, en el que gente corriente ha expresado su determinación para decidir su relación con el Estado.

El movimiento soberanista en Catalunya ha puesto sobre la mesa dos hechos cada vez más innegables. De un lado, la imposibilidad de reformar en un sentido federalizante (esto es, que acepte la libre voluntad y soberanía des las diferentes partes) la Constitución y el régimen del ’78. Por otro lado, que sólo una práctica masiva desobediente puede ser el instrumento de las capas populares para desbordar los propios límites institucionales.

3) El régimen del tripartito PP-PSOE-Ciudadanos se ha negado sistemáticamente a ofrecer una salida democrática y pacífica a las demandas del pueblo de Catalunya. Su estrategia ha sido un fracaso estrepitoso. El referéndum se ha celebrado con éxito en un escenario en que el autoritarismo del gobierno del PP ha roto los puentes de diálogo provocando que hoy cada vez más gente en Catalunya entienda que no hay encaje en este Estado. El PSOE, con su apoyo subalterno a Mariano Rajoy, ha sido incapaz de proponer un camino diferente. La presunta renovación propuesta por Pedro Sánchez no es más que un cambio de caras que no se traduce en una propuesta política alternativa a la del PP.

4) Este martes día 3 de Octubre, los sindicatos han convocado una huelga general en Catalunya frente a la represión del Estado y en defensa del derecho a decidir del pueblo catalán. El protagonismo de los de abajo es fundamental para que el proceso constituyente catalán que ponga en cuestión un modelo económico del que sólo se beneficia una minoría. Es en esa lucha contra los de arriba en la que las clases trabajadoras y populares nos encontraremos.

5) Las élites españolas han fracasado a la hora de resolver la “cuestión catalana”. Solo han empeorado las cosas, generado odios, socavado la democracia y utilizado la fuerza bruta contra le gente común. Dentro de las élites el peso del PP y del gobierno de Mariano Rajoy ha sido decisivo, optando por bloquear cualquier salida democrática y dialogada de la cuestión catalana. Esta posición del bloque reaccionario le puede servir en el resto del Estado para consolidar el retroceso producido en los derechos sociales, laborales y ambientales que estamos viviendo desde el inicio de la crisis. Que nadie se lleve a engaños: el fortalecimiento de Mariano Rajoy con la cuestión catalana es el debilitamiento de nuestros derechos en el resto del país. Eso es lo que nos jugamos fuera de Cataluña. Otro país sólo puede ser construido sin el PP en el gobierno y hay que trabajar desde ya por su salida de Moncloa. Frente a esta dilema la reacción de Sánchez ha sido la de una defensa tibia del gobierno Rajoy, mostrando los límites reales de contar con Sánchez para generar un bloque constituyente que trabaje por una alternativa construida para la mayoría social, defraudando a quienes veían en él una opción para reconvertir al PSOE y enfrentar al PP. En esta situación parece cada vez más evidente que un nuevo proyecto para las clases populares sólo será posible promoviendo procesos constituyentes que superen el Régimen del ’78.

En estos momentos, por tanto, es urgente impulsar un movimiento democrático que defienda las legitimidad de las decisiones democráticas del pueblo catalán y que, a la vez, haga frente a la ofensiva reaccionaria del PP. Sólo así podremos construir una mayoría social capaz de hacer lo que el régimen no ha conseguido hacer: dialogar entre iguales, sin represión ni candados, para luchar por construir una libre convivencia democrática y solidaria donde l@s de abajo sean l@s protagonistas y la voluntad de las partes sea la forma de relación.
 

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